Kamala Harris y Donald Trump se enfrentaron este martes en un tenso debate electoral en el que intentaron convencer a los estadounidenses indecisos para inclinar la balanza a su favor en unas elecciones presidenciales muy reñidas.

La vicepresidenta demócrata, de 59 años, y el expresidente y candidato republicano, de 78, entraron en el recinto del Centro Nacional de la Constitución de Filadelfia y se estrecharon la mano, para luego dar paso a un intercambio de acusaciones mientras abordaron varios temas, como la economía, el derecho al aborto, el reto migratorio, las guerras en Ucrania y Gaza y la crisis climática.

Este debate presidencial (el primero y quizás el único), fue también la primera vez que ambos se conocieron en persona.

Aquí, los momentos más destacados de una noche que puede marcar las elecciones del 5 de noviembre, a las que Harris y Trump llegan prácticamente con un empate técnico en las encuestas, especialmente en los siete estados decisivos.

‘Hola, soy Kamala’

Una de las grandes incógnitas previas era si Harris y Trump se saludarían estrechándose la mano. Al entrar en la sala, Trump se dirigió directamente a su atril, mientras Harris cruzó el escenario y le tendió la mano. “Hola, soy Kamala, tengamos un buen debate”, dijo mientras se estrechaban la mano. 

“Encantado de verla, que se divierta”, respondió Trump.

El lenguaje no verbal

El debate fue especialmente acalorado y los candidatos recurrieron en varias ocasiones al lenguaje no verbal para mostrar su desaprobación.

Harris, consciente de que las televisiones suelen mostrar a los candidatos en pantalla dividida, aprovechó para mover la cabeza en señal de desacuerdo cuando Trump hablaba, para elevar las cejas en señal de sorpresa o para entrecerrar sus ojos, haciendo como que intentaba seguir el hilo de sus argumentos.

Por su parte, Trump esbozó sonrisas burlonas y, en algunas ocasiones, no pudo contenerse continuando sus ataques incluso cuando los micrófonos habían sido silenciados, según pudo comprobar el reducido grupo de reporteros presente en la sala.

Venezuela con esteroides

Para Trump, sí Harris se hace con la presidencia, Estados Unidos se convertirá en “Venezuela con esteroides”.

“Está destrozando el país”, dijo, reforzando sus críticas a la inmigración ilegal y a la gestión de la frontera.

El exmandatario acusa habitualmente a la administración de Joe Biden de abrir la frontera a los inmigrantes ilegales y de permitir que países como Venezuela hayan conseguido reducir su nivel de criminalidad al “deshacerse” de esas personas.

En otro momento, a Trump se le preguntó cómo será la operación masiva de inmigrantes que ha prometido en campaña, de alrededor de 11 millones de personas. El republicano evitó detallar la que será, en sus palabras, “el mayor operativo de la historia”. 

Harris, por su parte, criticó a Trump por recurrir a políticas racistas: “Hay que pasar la página en esta retórica y atender lo que realmente le interesa a la gente. La gente ya está cansada”, respondió.

El color de piel de Harris

Trump había puesto en duda en el pasado el origen de su rival demócrata. “¿Es india o negra?”, se había preguntado. Este martes intentó desmarcarse de esa polémica: “No me puede importar menos lo que sea. Lo que ella quiera ser me parece bien”, dijo justificando sus ataques anteriores en el hecho de haber leído que no era negra.

Harris, de madre india y padre jamaicano, calificó de “tragedia” que un candidato a la Casa Blanca utilice la raza, en su opinión, “para dividir” a los estadounidenses.

Retahíla de información falsa de Trump

El exmandatario no pudo evitar recurrir a alertar a la población sobre los demócratas y su gestión,  desde que permiten el aborto a los nueve meses de gestación e incluso la ejecución de bebés recién nacidos.

Este martes se hizo eco de otra retórica racista expandida por su bando, la que acusa a migrantes de comerse los perros y los gatos de los ciudadanos que viven en las ciudades fronterizas, algo desmentido también por las autoridades locales.

De hecho, los moderadores de ABC News, Linsey Davis y David Muir, rectificaron datos en vivo del expresidente Trump mientras presentaban el debate. Por ejemplo, después de que Trump dijo que Harris apoya la “ejecución después del nacimiento”, Davis respondió: “No hay ningún estado en este país donde sea legal matar a un bebé después de su nacimiento”.

Y cuando Trump dijo que las tasas de criminalidad se habían disparado bajo el mandato del presidente Joe Biden, Muir lo desmintió: “Presidente Trump, como usted sabe, el FBI dice que los delitos violentos en general están disminuyendo en este país”.

La obsesión de Trump por el tamaño de las multitudes

Trump presume a menudo de la cantidad de personas que asisten a sus actos. En 2017 se obsesionó durante días con la cobertura mediática de su investidura, asegurando que había ido más gente que a la de Barack Obama (2009-2021).

Este martes incidió en esa línea afirmando que sus mítines son “los mayores y más increíbles en la historia de la política”, mientras Harris consiguió enfadarlo al decir que los ciudadanos se van de esos encuentros por cansancio y aburrimiento.

Harris, armada

Harris aprovechó para dejar claro que tanto ella como su compañero de fórmula, Tim Walz, poseen armas de fuego.

Esta declaración podría atraer a votantes independientes que temen que los demócratas restrinjan la posesión de armas, un derecho protegido por la Constitución de Estados Unidos.

Cuando Trump la acusó de querer confiscar las armas a los estadounidenses, Harris respondió: Tim Walz y yo somos propietarios de armas; no vamos a quitarle las armas a nadie, así que basta de mentir continuamente sobre este tema”.

En 2019, durante su campaña para la nominación presidencial demócrata, Harris ya había mencionado que poseía un arma para su seguridad personal.