El expresidente sufrió este domingo su segundo intento de asesinato después de que un individuo, que fue detenido por el Servicio Secreto y no llegó a disparar al mandatario, se aproximara al campo de golf en el que estaba jugando el republicano, armado con un rifle AK-47 con mira telescópica.
El detenido es un hombre de 58 años muy activo en las redes sociales llamado Ryan Wesley Routh que ha vivido en Carolina del Norte y en Hawái, según medios locales.
En 2002, según registros judiciales a los que han accedido varios medios, fue condenado por posesión de un arma de destrucción masiva: una ametralladora completamente automática.
Los registros también muestran condenas por portar un arma oculta, posesión de propiedad robada. atropello y fuga. Según NBC se han presentado más de 100 cargos criminales contra Ryan Routh en Carolina del Norte.
Ryan Wesley Routh afirmó en redes sociales que había votado a Trump en 2016 pero que se sentía defraudado. Se declara defensor de Ucrania al tiempo que ha acusado a Israel de “robar Palestina”. Tras renegar de Trump, se ha convertido en defensor del Partido Demócrata de la candidata Kamala Harris y en su momento realizó varias contribuciones de campaña y a diferentes grupos relacionados con su partido.
El hijo del detenido dijo a CNN que no es propio de su padre hacer algo loco y mucho menos violento: “No sé qué ha pasado en Florida, y espero que las cosas simplemente se hayan exagerado”, dijo al medio.
Según la CNN, Routh estaba muy involucrado en la Guerra de Ucrania contra Rusia y visitó el país europeo en 2022.
La Oficina Federal de Investigación (FBI) confirmó que lo sucedido en el Trump International Golf Club de West Palm Beach, Florida, está siendo investigado como un aparente “intento de asesinato”.
Trump fue víctima de un intento de asesinato el pasado 13 de julio durante un mitin en Butler (Pensilvania), después de que un joven de 20 años le disparó con un fusil hiriéndole en la oreja derecha.
El Servicio Secreto abatió al agresor, quien disparó desde un lugar elevado fuera del recinto, donde una persona del público murió por herida de bala.
El suceso provocó numerosas dimisiones por las fallas de seguridad del evento, incluso la de la entonces directora del Servicio Secreto estadounidense, Kimberly Cheatle.