El primer día de la marcha encabezada por el expresidente boliviano Evo Morales dejó trece heridos, entre ellos tres policías, informó el ministro de Gobierno Eduardo Del Castillo. El hecho se dio en medio de choques entre simpatizantes de Morales, que marcharán casi 200 kilómetros durante una semana para llegar desde Oruro hasta La Paz, capital boliviana, y los del presidente Luis Arce.
Durante una rueda de prensa ofrecida al final de la tarde, el ministro Del Castillo responsabilizó al expresidente por los desmanes ocurridos este martes: “Ha sido una jornada violenta organizada por Evo Morales”.
La marcha, en la que se enfrentan dos facciones del partido de gobierno, “MAS”, que buscan controlarlo, una afín a Morales y otra a Arce, su heredero político, hoy convertido en su rival, salió el martes desde la pequeña ciudad de Caracollo, en la región de Oruro, a unos 190 kilómetros de La Paz, hasta donde pretende llegar en los próximos días. Al final de la tarde llegó a Panduro, en donde los manifestantes pasarán la noche para retomar la marcha el miércoles en la mañana.
Tras iniciar la llamada “Marcha para salvar Bolivia”, Morales dijo que marcha para que se respete el MÁS. “No solamente quieren inhabilitarme”. A la vez que acusó al mandatario de querer “regular los derechos políticos”.
Algunos kilómetros después de su salida, un grupo afín a Arce se apostó en la vía para frenar el avance de la marcha. En la carretera, quemaron un muñeco que representaba a Evo Morales mientras muchos manifestantes permanecían en las montañas, a la espera de que llegaran más simpatizantes de Morales e impedirles el paso.
Sin embargo, los seguidores de Morales superaron en número a los contrarios y les lanzaron piedras en medio de gases lacrimógenos en un momento confuso. El grupo de Morales los rodeó y logró avanzar mientras los simpatizantes de Arce se retiraban.
El ministro Del Castillo negó que la policía haya usado gases lacrimógenos para repeler a los manifestantes y aseguró que los policías fueron agredidos por los simpatizantes de Morales.
En un comunicado, la policía boliviana informó que uniformados “fueron atacados violentamente con hondas y piedras sin causa alguna y con el afán de provocar a las fuerzas del orden, resultando varios policías heridos, así como los vehículos policiales (camionetas y buses tipo Coaster, que pertenecen a todos los bolivianos) con daños materiales de consideración”.
“Morales ya ha tenido su oportunidad, él nos ha llevado a esta crisis económica. Por su culpa estamos así y ahora dice defender al pueblo; es inaceptable”, dijo a la AP Rolando Flores, un minero a favor de Arce.
Por su parte Arce escribió en su cuenta de Facebook: “Destruir, amenazar, bloquear y sembrar odio siempre será más fácil para quienes no creen en la democracia, para quienes se creen salvadores de escenarios de incertidumbre que ellos mismos buscan promover”.
Morales (2006-2019) convocó a la marcha en contra del deterioro de la economía y para presionar al gobierno y al Tribunal Supremo Electoral a que acepten su candidatura para las elecciones presidenciales de 2025 por el dividido partido gobernante, el Movimiento al Socialismo (MAS).
“Estamos sufriendo de hambre… Así no se gobierna”, dijo a The Associated Press Félix Torres, representante campesino de la región altiplánica de Oruro. Agregó que Morales es la esperanza para volver a la bonanza económica.
“Arce traidor. ¿Dónde está la plata? Evo Bolivia te quiere de nuevo”, gritaban los adherentes de Morales que llevaban banderas bolivianas, pero del MAS.
La disputa entre Morales y Arce, ambos líderes de distintas facciones del MAS, comenzó cuando el exmandatario anunció su candidatura a la presidencia para el próximo año. Arce, quien aún no ha confirmado su postulación, acusó a Morales de que su movilización busca “imponer” su candidatura “por las buenas o por las malas”.
Morales forzó su candidatura en 2019 tras haber sido reelecto por una vez en forma consecutiva, según permite la Constitución, y a pesar de un referendo en 2016 en el que se rechazó su reelección. La OEA denunció que los comicios habían sido fraudulentos, lo que detonó un estallido social que dejó 37 muertos en protestas que se extendieron durante un mes, ante lo cual Morales se vio obligado a dimitir.
Arce fue ministro de Economía de Morales durante 10 años. Morales lo designó para que fuese candidato, y el MAS retornó al poder en las elecciones de 2020, pero pronto aparecieron grietas entre los dos líderes. Arce está habilitado constitucionalmente para buscar la reelección en 2025.
El mandatario afronta una complicada crisis económica que inició el año pasado con la falta de dólares en una economía en la que esa moneda es importante porque los sectores productivos, comerciantes y artesanos la utilizan para importar sus insumos y mercadería. El gobierno también usa dólares para importar gasolina y diésel y venderlos a precio subvencionado.
Bolivia gastará este año 1.200 millones de dólares en la importación de gasolina y diésel a precios internacionales que luego vende a la mitad de su costo, según informes oficiales. Para financiar estas compras el gobierno apeló a las reservas internacionales de divisas, lo que agravó la escasez de dólares que a su vez influye en el aumento de los precios de la canasta básica.
A su vez la producción de gas, que había impulsado la economía boliviana hasta 2014, entró en crisis debido al agotamiento de los pozos y la falta de nuevos descubrimientos por una caída en las inversiones.