En algunos puntos del río Paraguay, la situación es todavía más crítica para los peces, expuestos a la disminución de oxígeno y al bajo nivel. El Mades advierte sobre la afectación y pide evitarla pesca en ciertas áreas.
“No pescar en sitios donde peces puedan ser más vulnerables, en los riachos, en la boca de los riachos”. Esta es una de las principales recomendaciones y pedido del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Social.
La crisis hídrica afecta seriamente a los peces, pues, el descenso del agua provoca el aumento de la competencia por el oxígeno, a lo que se suman las altas temperaturas del ambiente que calientan las aguas de los cauces y generan un daño, al punto de poder causar una mortandad de la fauna.
El nivel del río Paraguay ayer lunes en la capital, se situó en -1,24 m, siete centímetros menos que el domingo, cuando se había roto otro récord, al alcanzar -1,17 m.
Adam Leguizamón, director de Pesca y Acuicultura del MADES, detalló las sanciones que enfrentan los pescadores que no respetan las normativas ambientales, destacando la importancia de preservar los ecosistemas fluviales en este momento crítico.
Infracciones más comunes detectadas
Las infracciones más frecuentes durante los controles incluyen la pesca de peces fuera de las medidas legales y el uso de redes no permitidas. Las redes de monofilamento o nylon, altamente prohibidas, son particularmente problemáticas debido a su capacidad de capturar peces de todos los tamaños, lo que incrementa el riesgo de depredación masiva.
Asimismo, los inspectores del MADES detectaron la caza y transporte ilegal de especies silvestres, como carne de yacaré, carpincho y ciertas aves, lo que representa una grave violación a las normativas ambientales. “Este tipo de actividades no solo afecta a la fauna acuática, sino también a las especies terrestres que se encuentran en peligro debido a la intervención humana”, agregó Leguizamón.
Impacto de la bajante en la severidad de las sanciones
La bajante histórica de los ríos Paraguay y Paraná tienen un impacto directo en la severidad con la que se aplican las sanciones. Leguizamón señaló que, debido a la sequía, la actividad de pesca se ha vuelto más fácil para aquellos que buscan explotar las condiciones desfavorables para las especies acuáticas. “La fauna íctica se encuentra concentrada en bolsones o en zonas profundas, lo que facilita la pesca indiscriminada. Esto nos obliga a intensificar los controles y a ser más estrictos con las sanciones”, explicó el director.
La depredación de especies en estas condiciones vulnerables pone en peligro la biodiversidad de los ríos y amenaza la sostenibilidad de las especies nativas. Por ello, el MADES aumentó la frecuencia y la rigurosidad de las inspecciones a lo largo de los cauces, con el objetivo de reducir la pesca ilegal y proteger el medioambiente.
Cálculo de las multas y proceso sancionatorio
Las multas aplicadas a los pescadores que violan las normativas ambientales son definidas por la asesoría jurídica del MADES. Estas pueden oscilar desde un jornal mínimo legal hasta 20.000 jornales, dependiendo de la gravedad de la infracción. “Las sanciones no son uniformes. Cada caso es evaluado individualmente por el equipo legal, que toma en cuenta la magnitud del daño causado, las especies afectadas y el tipo de infracción cometida”, señaló Leguizamón.
Por ejemplo, aquellos que no poseen licencias de pesca o que utilizan equipos no autorizados están sujetos al decomiso de sus herramientas y embarcaciones. Además, si son sorprendidos transportando pescado fuera de las medidas legales, los vehículos involucrados en el traslado también pueden ser incautados por las autoridades.
Documentación requerida y cumplimiento de la normativa
Leguizamón recordó que tanto los pescadores comerciales como los deportivos deben contar con el carnet de pesca emitido por el MADES. Este documento es obligatorio para realizar cualquier tipo de pesca en los ríos del país y su ausencia expone a los infractores a sanciones severas. “Aquellos que no tienen su carnet de pesca vigente pueden enfrentarse al decomiso inmediato de sus equipos, lo que incluye desde redes y cañas hasta embarcaciones”, puntualizó.
El director enfatizó la importancia de cumplir con las regulaciones no solo para evitar sanciones, sino también para contribuir a la conservación de los recursos naturales que, en este periodo de bajante, se encuentran más vulnerables que nunca. “Estamos en un momento delicado para el ecosistema fluvial, y es vital que todos los pescadores, ya sean comerciales o deportivos, se comprometan con la protección de la fauna íctica y el respeto por las leyes ambientales”, concluyó Leguizamón.