Movimientos perfectos en la pista, estrategias ajustadas en el muro. Un desempeño ideal de Ferrari, que con sus pilotos marcó el 1-2 en el Gran Premio de Estados Unidos: Charles Leclerc resultó la guía de la Scuderia, el hombre que lideró una tarea impecable de un conjunto que amenazó durante el fin de semana y tomó las riendas de modo definitivo en el último episodio de la 19ª fecha del calendario de la Fórmula 1.
El monegasco ejecutó una magnífica largada para saltar desde el cuarto puesto a la cabeza de la carrera y enseñarse dominante para celebrar la tercera victoria del año, la octava de su campaña en el Gran Circo. Una tarea sin sobresaltos y que descubrió en la planificación de los ingenieros el ascenso de Carlos Sainz Jr. para que la casa de Maranello celebre un contundente triunfo que permite aspirar a pulsear por el segundo casillero del mundial de Constructores. Espléndida también fue la tarea de Franco Colapinto, que avanzó con Williams hasta el décimo puesto y sumó su quinto punto en cuatro carreras.
La carrera Sprint dio señales de lo que ofrece una largada en Austin: Lando Norris (McLaren) atacó desde el cuarto cajón y desanduvo la primera curva en el segundo puesto. Tomó nota de esa maniobra Leclerc, que tuvo a su favor la áspera maniobra entre el poleman Norris y Max Verstappen (Red Bull Racing) y atrapó la cabeza de la carrera para avasallar al resto, entre ellos a su compañero, a quien aventajó por 8,5 segundos.
La pelea entre MadMax y el británico, primero y segundo en el campeonato, se reavivó en los últimos giros: el piloto de Woking logró arrebatarle la posición al neerlandés en una maniobra que fue observada por los comisarios deportivos, quienes intervinieron con una penalización de cinco segundos por “exceder el límite de pista y ganar ventaja”.