Durante su homilía de este domingo 8 de diciembre en la explanada de la Basílica de Caacupé, el monseñor Ricardo Valenzuela dio lectura a la carta al pueblo, este año su mensaje hizo alusión a los autoaumentos, el nepotismo y el sicariato como los principales males que aquejan a la nación.

El obispo denunció que “demasiado tiempo y recursos se desperdician por la codicia de pocas personas o familias que se turnan para hacer girar la rueda de la fortuna y volverse ricos sin esfuerzo alguno”. Así mismo, expresó su preocupación por la violencia que azota al país, especialmente el sicariato y los secuestros, citando como ejemplos los casos de Edelio Morínigo y Óscar Denis.

“¿Puede existir paz en estas condiciones? No podemos tener paz con el secuestro impune de personas, ajusticiamiento por cuenta propia, con matanzas entre cárceles, entre carteles de la vía pública con saldos de daños colaterales, con inseguridad ciudadana y con injusticias de todo tipo, es imposible encontrar paz”, afirmó.

Por otro lado, el religioso también reconoció los logros del gobierno, como el alcance del grado de inversión, pero advirtió que estos avances deben traducirse en mejoras concretas para la población.
“Esto es muy bueno, siempre y cuando esas inversiones tengan impacto en el campo social con mejores oportunidades de ingreso, mayor bienestar, mejores servicios públicos de salud y educación para nuestra gente”, señaló.

Finalmente, dirigió un mensaje especial a los jóvenes, instándolos a reflexionar sobre su futuro y a aprovechar las oportunidades que se les presenten:

“Pretendemos que estas reflexiones lleguen a todos ellos para que puedan discernir detenidamente sobre las oportunidades que tienen con el jubileo como lo demás de volver a intentar lo que tal vez no fue posible antes, reconstruyendo su relación con Dios”, concretó.