El papa Francisco, primer pontífice latinoamericano de la historia, falleció este lunes 21 de abril, a los 88 años en su residencia de la Casa Santa Marta, en el Vaticano. La noticia la confirmó el cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrell, quien indicó que el deceso se produjo a las 7:35, hora de Roma, tras varios meses de convalecencia por afecciones respiratorias.
Jorge Mario Bergoglio mostró un afecto especial por el Paraguay. En más de una ocasión, elogió profundamente a su gente y destacó en particular a las mujeres paraguayas. “En toda América, la mujer paraguaya es la más gloriosa”, afirmó en un discurso que quedó grabado en la memoria colectiva.
Su cariño hacia el país también lo expresó con gestos. Paraguay estuvo en su primera gira pastoral por América del Sur en 2015, decisión que muchos interpretaron como un acto de cercanía y estima hacia la nación guaraní.
“Fue un papa que nos amó entrañablemente, no solo cuando habló de la mujer paraguaya, sino con cada palabra y cada gesto que tuvo hacia nuestro país”, expresó el comunicador católico, Pedro Kriskovich. “Para nosotros, él representa mucho más”, añadió.
El obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, también recordó los vínculos personales del papa con el Paraguay. Relató que, siendo un niño que aún usaba pañales, una mujer paraguaya fue su cuidadora. En su adolescencia, mientras trabajaba en un laboratorio químico, su jefa era Esther Ballestrino, una bioquímica paraguaya asesinada durante la dictadura argentina.
“Una mujer que me enseñó a trabajar, a ser exacto en los análisis… Una mujer que me inició en el conocimiento de la política”, había dicho Francisco en vida sobre Ballestrino. “Le debo mucho a esa mujer”.
Según Kriskovich, fue precisamente de ella de quien heredó una de sus convicciones más repetidas: La importancia de respetar los procesos, una máxima que marcó su estilo de liderazgo dentro de la iglesia.
El monseñor Valenzuela compartió una anécdota: En una ocasión, a Bergoglio lo invitaron a participar de una fiesta patronal en la parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé, en Buenos Aires, donde vio las preparaciones con los banderines y el trabajo en común acuerdo. “Lo que más le fascinó fue que después de la misa tenían que prepararse las ollas populares y ahí todos comían. Eso le fascinó a él”, recordó.
Francisco será recordado como un pontífice sencillo, profundamente humano, con un mensaje de justicia social y una voz cercana a los pueblos. Para Paraguay, su partida deja también una huella personal: La de un papa que siempre tuvo al país en el corazón.