Un Tribunal de la Niñez y la Adolescencia de la capital estableció un precedente al considerar el “costo de crianza” y la “pérdida de chance laboral” de la madre para aumentar la asistencia alimentaria que debe aportar el padre de un niño. La decisión incorpora elementos que hasta ahora no formaban parte del análisis judicial y abre una nueva línea en la interpretación del derecho alimentario.
Según la resolución, la madre se ocupa de forma solitaria de las tareas de cuidado cotidiano, lo que limitó su disponibilidad laboral y redujo sus oportunidades de desarrollo profesional. Debido a esto, el Tribunal determinó que el aporte económico del padre debía contemplar ese impacto directo en la vida de la cuidadora principal.
Un fallo con alcance simbólico y práctico
La jueza de la Niñez y la Adolescencia, Pili Rodríguez, destacó que esta decisión coloca en el debate público el valor real del trabajo de cuidado, generalmente asumido por mujeres. A su criterio, el fallo permite visibilizar responsabilidades que durante años quedaron fuera de las evaluaciones económicas.
Además, afirmó que reconocer estos factores fortalece la protección integral del niño, porque garantiza que quien asume el acompañamiento permanente disponga de condiciones materiales para sostenerlo.
➡️ "Me parece excelente que se haya puesto en la palestra y en el debate público el visualizar el aporte, en este caso, de las mujeres que son en su mayoría las convivientes con los hijos y sobre lo que implica llevar adelante la maternidad", Pili Rodríguez.
— América Paraguay (@AmericaTVPy) November 26, 2025
Rodríguez explicó que el concepto de “costo de crianza” busca otorgar reconocimiento jurídico al tiempo, la dedicación y las tareas que forman parte del cuidado diario. Asimismo, subrayó que la “pérdida de chance” refleja la desigualdad que enfrentan quienes reducen su carga laboral para atender a sus hijos, lo que incide en sus ingresos, en su proyección profesional y en su estabilidad económica.
“Valorizar ese aporte en lo que es la crianza, el día a día, el asistir no solamente en los alimentos, en la salud, en la educación, criar. Valorizar el cuidado que ejerce el que está todo el día con el niño”, expresó Rodríguez.
Una línea jurisprudencial que se consolida
La magistrada señaló, además, que este antecedente se suma a otros criterios adoptados en distintos tribunales del país, los cuales avanzan hacia una interpretación más amplia y actualizada del derecho alimentario. Según sostuvo, estos lineamientos ayudan a uniformar decisiones y a garantizar que los casos se resuelvan con una mirada centrada en el interés superior del niño.
Finalmente, Rodríguez resaltó que valorar el trabajo de cuidado implica reconocer su impacto en múltiples dimensiones: Desde la organización del tiempo familiar hasta la inversión emocional y económica que demanda acompañar a un niño de forma permanente. Para la jueza, este fallo representa un paso importante hacia una justicia más consciente de las desigualdades que recaen sobre quienes asumen esa responsabilidad todos los días.

