Ante la continua bajada del dólar y su impacto en el costo de vida, la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT) puso en marcha un plan de fiscalización sobre veinte productos de la canasta básica. El objetivo es rastrear toda la cadena de comercialización para detectar posibles márgenes de ganancia excesivos y prácticas de abuso de posición dominante.

La información servirá como base para que la Comisión Nacional de la Competencia (Conacom) y la Secretaría de Defensa del Consumidor y el Usuario (Sedeco) evalúen si se respetan las reglas del mercado. Según el titular de la DNIT, Óscar Orué, el trabajo permitirá conocer la trazabilidad de precios y el nivel de rentabilidad en cada etapa de producción y comercialización.

“Eso le va a servir como insumo a la Conacom de tal manera a poder determinar si hay una práctica abusiva dentro del comercio”, expresó.

En cuanto al sector cárnico, donde se registran diferencias marcadas entre lo que perciben los productores y lo que paga el consumidor final. Orué reconoció que desde el anuncio, algunos frigoríficos comenzaron a ajustar sus precios, lo que consideró un paso hacia ofertas más justas que no comprometan la rentabilidad.

En el marco de estos trabajos, el director de la DNIT informó que cuentan con los datos de declaraciones juradas y movimientos de empresas para advertir o intervenir ante situaciones que revelen aprovechamiento indebido del mercado.

Así, el plan de control busca asegurar que las reducciones en los costos internacionales se reflejen de forma directa en el mercado interno. Para las autoridades, la transparencia en la formación de precios es clave para evitar distorsiones y proteger el poder adquisitivo de las familias.