Autoridades de la Administración Nacional de Electricidad intervinieron por segunda vez en un mes una criptominería clandestina en el barrio Puerto Pabla de Lambaré, desarticulando una operación ilegal que utilizaba costosos equipos para su funcionamiento.
La aparente fachada del establecimiento era como una recicladora de metal, que ocultaba su verdadera función como una granja de criptomonedas, afectando significativamente el suministro eléctrico y causando considerables pérdidas económicas a la Ande.
En la primera incursión, a principios de febrero, se descubrió la magnitud del tinglado, con un consumo desproporcionado de electricidad que alertó a las autoridades. En esta última acción, acompañada por el Ministerio Público, se contabilizaron alrededor de mil máquinas de criptomonedas en el lugar, confirmando la ilegalidad de la operación y la conexión irregular a la red eléctrica.
La compañía, identificada como Agrimax S.A, fue señalada por supuestamente dedicarse a la compra de metales no ferrosos, mientras operaba la granja de criptomonedas clandestina.