La ex número 1 del mundo de la WTA, se enfrenta a una pena privativa de libertad de cuatro años de cárcel. 

Lejos de la gloria obtenida en su carrera como tenista, en la cual supo ser la mejor del planeta y una de las máximas figuras de finales de la década de los 90s; la española Arantxa Sánchez Vicario se encuentra en uno de sus peores momentos. 

La tricampeona de Roland Garros está acusada junto a su marido Josep Santacana de alzamiento de bienes. En pocas palabras, habrían obtenido un préstamo de una entidad bancaria y jamás lo pagaron. 

El juicio inició este martes, en el Juzgado Penal número 25 de la Ciudad de Barcelona.  

“Me arrepiento de lo que pasó y quiero pagar la deuda”, fue una de las frases más resaltantes de la declaración de la ex número 1 del mundo en la primera jornada del litigio judicial que enfrenta. 

La mujer de 51 años pidió que su declaración sea adelantada, por lo que subió al estrado ya en la primera jornada del juicio.

“Nunca he gestionado ese patrimonio porque desconozco cómo se hace. Me dediqué a jugar al tenis y yo siempre me he fiado de mi marido, ha estado a mi lado y organizado todo. Yo quería pagar y mi marido no quiso. Dijo que no se lo demos al banco, que él se encargaría de hacer las cosas”, declaraba Sánchez Vicario mientras rompía en llanto y culpaba a Santacana de haber ocultado su capital y se esa forma, evitar el pago del préstamo obtenido en el Banco de Luxemburgo en 2010. 

La sentencia se dará a conocer este viernes, día en que testificará Josep Santacana.