Se conoció la cifra millonaria que pide Meghan Markle para firmar, finalmente, el divorcio con el Príncipe Harry, en medio de escándalos y rumores que rodean a la familia real británica.

Los rumores sobre una grave crisis en el matrimonio de Meghan Markle y el Príncipe Harry pisan cada vez más fuerte, sobre todo luego de que el medio periódico británico Daily Mirror asegura que la actriz podría firmar el divorcio, si desde la realeza aceptan la cláusula en la que le corresponden 80 millones de dólares para que puedan mantenerse ella y sus hijos, además de la custodia exclusiva de los niños.

Meghan Markle estaría pidiendo 80 millones de dólares al príncipe Harry para firmar el divorcio

Harry también estaría interesado en tener la custodia completa de sus hijos, por exigencia del rey Carlos III, pero la relación con su padre está muy tensa, al igual que con los otros miembros de la familia real británica.

A pesar de que esta información no ha sido confirmada por los voceros oficiales de la pareja o de la familia Real, también ha comenzado a correr el rumor de que la mujer estaría buscando regresar al mundo de la actuación, con el propósito de proteger su patrimonio.

Fuentes cercanas y expertos de la monarquía comentaron que la protagonista de ‘Suits’ también afirmó que no perderá su estatus como miembro de la realeza británica y desea seguir con el título de duquesa se Sussex, pese a ya no seguir casada con el príncipe Harry.

Qué pasó con la casa real de Meghan y Harry

Poco tiempo después de la publicación del libro de memorias ‘En la sombra’, donde ataca duramente a la monarquía, se pidió a la pareja que devolvieran la casa en cuya renovación habían gastado unos 2,4 millones de libras (3 millones de dólares). “El duque y la duquesa de Sussex abandonaron Frogmore cottage”, anunció Michael Stevens, responsable de las finanzas reales, en la publicación anual de los gastos de la monarquía. También confirmó que Harry y Meghan Markle reembolsaron todos los costos de la renovación.

La Frogmore House se encuentra en los alrededores del castillo de Windsor y fue mandada a construir por Carlos II en el año 1680, aunque la finca de 13 hectáreas fue comprada mucho antes, en el siglo XVI, por Enrique VIII. En 1801 sería adquirida y remodelada como refugio para la reina Carlota, consorte de Jorge III.

Según consta en la web oficial de la familia real británica, el nombre de esta finca se debe a “la preponderancia de ranas que siempre han vivido en esta zona pantanosa baja”. Y es que esta propiedad se encuentra en una zona cercana al río Támesis.

Texto extraído de A24.com