El pabellón católico de la cárcel regional se convirtió en el escenario de un violento motín en las primeras horas de la mañana. Según informes del Ministerio de Justicia, los reclusos expresaron su rechazo a los cambios propuestos por el Estado para el funcionamiento del recinto penitenciario. Las tensiones alcanzaron un punto crítico cuando imágenes capturadas por teléfonos celulares mostraron a un recluso tendido en el suelo, envuelto en un charco de sangre, mientras se informaba sobre otra víctima fatal y varios heridos.
Las grabaciones también revelaron focos de incendio, reflejando el caos y la violencia que se desataba en el pabellón religioso. La situación, lejos de ser controlada, sigue siendo motivo de preocupación para las autoridades penitenciarias y policiales, quienes reconocen la complejidad del enfrentamiento.
En medio de la confusión, se destaca una disputa de poder entre los reclusos, con intentos de formar nuevos grupos para desafiar el control existente en el centro penitenciario, según informó el comisario César Galeano.
Se presume que los reos amotinados intentaban establecer un nueva facción dentro de las penitenciarías ante el ocaso del Clan Rotela.