El grado de inversión que alcanzó por Paraguay marca un hito en su posición económica al reflejar la confianza internacional en su solidez macroeconómica y abrir la posibilidad de transformar esa estabilidad en desarrollo productivo, más empleo y mayor atracción de inversiones.

Según el economista Víctor Pavón, el país logró mantener un equilibrio sostenido entre la estabilidad monetaria y la responsabilidad fiscal. Además, expresó que el control de la inflación, que se mantiene en niveles de un solo dígito, y el manejo prudente del gasto público fortalecieron la credibilidad del Estado y redujeron los riesgos financieros.

“Estamos a un paso nomás de conseguir otra certificación en cuanto se refiere al riesgo país. Esto básicamente es considerar que un país se vuelve confiable porque no va a cometer su gobierno, o el gobierno de turno, políticas que puedan afectar el ahorro y la inversión de las personas”, destacó.

En este sentido, Pavón manifestó que el avance económico también se refleja, en términos microeconómicos, en sectores como el inmobiliario, el agropecuario y los servicios, donde se observan mayores niveles de inversión. Sin embargo, manifestó que considera que el desafío pendiente es lograr que los beneficios de este crecimiento lleguen de manera más directa a la población.

“Si queremos hacer llegar ese dinero a la gente tenemos que reducir más todavía los impuestos. El IVA tiene que reducirse, para mí, al 5 %”, puntualizó.

Además, señaló que el país debe aprovechar su potencial energético y su capacidad para atraer inversiones vinculadas a la innovación tecnológica, especialmente en el campo de la inteligencia artificial.

El grado de inversión representa, así, no solo un reconocimiento internacional, sino una oportunidad para consolidar el desarrollo sostenible y fortalecer la confianza en la economía paraguaya.