Los talibanes acaban de cumplir tres años desde que recuperaron el poder en Afganistán. En ese tiempo el fundamentalismo islámico que practican ha sido utilizado para una constante degradación y negación de derechos de las mujeres. El último que acaba de darse a conocer: ya no pueden hablar, cantar o bailar por la calle o al aire libre.

Esto es una clara limitación a los derechos más básicos para cualquier persona – más allá de cualquier cuestión de género – pero que, además, tiene duras consecuencias para las mujeres que no cumplan con esa prohibición.

Los talibanes aplican los castigos contemplados por la Sharía, la ley por la que se rigen los fundamentalistas islámicos en donde no existe la división entre la religión y la aplicación del derecho.

Desde el año 2021 – violando compromisos internacionales que habían asumido – continúan degradando a la condición de la mujer, con el absurdo postulado de “eliminar los vicios”. Y en muchos casos, les puede costar la vida a las mujeres, como a Mahsa Amini en Irán.

Talibanes y las mujeres: silencio, no reír ni cantar ni bailar en la calle

Esta es la última prohibición que acaban de imponer los talibanes en su país para con las mujeres. Ya tenían la prohibición de ir solas por las calles o en los parques. Siempre las debe acompañar un hombre de la familia: su padre, su esposo o un hermano. De lo contrario, no pueden salir de su casa.

Ahora, aunque salgan con esta “custodia” inaceptable, tampoco pueden expresarse libremente. No pueden bailar, cantar y ni hablar en la calle o al aire libre. Si lo hacen pueden ser sancionadas según la aplicación de la “Sharía”.

Esta es una más de la larga lista de prohibiciones y restricciones insostenibles a las que han venido sometiendo a las mujeres desde hace tres años.

En agosto de 2021, las tropas norteamericanas dejaron Afganistán. Los talibanes tomaron todo el país y su control nuevamente, como antes del año 2001. Aunque tomaron un compromiso que duró un instante.

Promesas incumplicadas y maltrato a la mujer en Afganistán

En el año 2020, norteamericanos (Donald Trump era el presidente) y talibanes firmaron un acuerdo. Las tropas de EE.UU. se retirarían, lo que dejaba el paso libre para que los talibanes recuperaran el poder. Pero había una condición: tenían que respetar lo que sucede en otros países musulmanes no fundamentalistas (como en Jordania, por ejemplo). Las mujeres no podrían volver a ser privada de sus derechos o sometidas como lo eran antes de 2001.

Pero eso duró menos que una brisa. En cuanto tomaron el poder, las restricciones a las mujeres comenzaron a reinstalarse, una por una, hasta el día de hoy y todo indica que será todavía peor.

Lo primero que hicieron fue cortar la educación para las mujeres. Solo hasta terminar la escuela primaria. Ni la secundaria y mucho menos, la Universidad, derecho que tenían y ejercitaban mientras los talibanes estaban fuera edel poder.

Luego sumaron progresivamente restricciones sobre acciones que directamente, se consideraban delitos:

  • Ir a salones de belleza
  • Ir a programas de televisión
  • Ir a un gimnasio
  • Ir a trabajar
  • Formar parte del colectivo LGTBIQ+ (eso rige también para los hombres y se puede pagar con la vida)
  • Ir a un médico que sea hombre

Ya dijimos la prohibición de estar solas al aire libre. A tal punto que la organización no gubernamental “Amnesty international” publicó en sus redes sociales la larga lista de “prohibiciones/delitos” que pesan para las mujeres. Que seva ampliando, en solo tres años.

Las prohibiciones que se acumulan sobre las mujeres en Afganistán por el fundamentalismo islámico. (Foto: Amnesty International)

Las limitaciones tratan de que la mujer se quede todo el tiempo en su hogar. Primero, el de sus padres y luego, el de su marido cuando se case. Nada más. Ya no podrán hacer ruido por las calles.

Por el momento, imágenes como la foto que sigue es lo habitual. Mujeres totalmente cubiertas, de pies a cabeza y hombres que las “acompañan”, muchos de ellos armados. Si los talibanes comprueban una falta a la “sharía”, las mujeres pueden ser detenidas en el acto.

Una mujer afgana camina por la calle, totalmente cubierta y con tres hombres – armados – a su lado. No puede ir sola. (Foto: Gentileza NY Post)

Pero esta prohibición que comienza a aplicarse, también les prohibe ir a un parque y poder, por ejemplo, cantar o bailar. Tampoco pueden hablar.

Todas son graves violaciones a los Derechos Humanos y nada permite suponer que no habrá más actos como estos.

Texto extradído de A24.COM