El Gobierno de Paraguay ha dado un paso fundamental en la mejora de la salud mental con la aprobación de la Política y el Plan Nacional de Salud Mental 2024-2030, así como del Manual Organizacional de la Red de Salud Mental y Adicciones. Estos documentos, considerados pilares estratégicos dentro del plan SUMAR, buscan transformar la manera en que se abordan la prevención, tratamiento y rehabilitación de los trastornos mentales en el país.
La ministra de Salud Pública, Dra. María Teresa Barán Wasilchuk, subrayó la importancia de estos documentos al destacar que son una herramienta clave para construir un sistema de salud mental sólido, accesible y cercano a las comunidades. Aunque reconoció que aún queda mucho por hacer, enfatizó que con este plan se comienza a sentar las bases para una atención más integral y equitativa.
“Sé que falta muchísimo por hacer, pero si no empezamos a hacer, si no empezamos a construir este sistema de salud mental que todos los paraguayos se merecen, no vamos a avanzar. Tenemos que empezar. Y creo que, con estos tres documentos, hoy tenemos una gran herramienta. Una gran herramienta para poder seguir avanzando. Y como dije, uno de los pilares del Ministerio de Salud es brindar la atención dentro de las redes de los servicios” afirmó.
Por su parte, la directora nacional de Salud Mental, Dra. Mirtha Rodríguez refirió: “Estos documentos no son solo políticas, sino un compromiso tangible para cada persona que ha sufrido en silencio, para cada familia afectada y para cada profesional de salud en la primera línea de atención”
Además, se ha iniciado la capacitación de 32 profesionales en psiquiatría y psicología, quienes recibirán formación en la guía internacional de trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias. Estos profesionales serán responsables de formar al personal del primer nivel de atención, asegurando que la implementación del plan y el manual se realice con altos estándares de calidad y eficacia.
El eje de tratamiento y rehabilitación, promovido por el plan SUMAR, no solo se centra en el cuidado de las personas afectadas, sino que también busca su reinserción social. El Manual Organizacional establece por primera vez la integración de los servicios de salud mental y adicciones en la red pública de salud, subrayando la necesidad de un enfoque coordinado y de apoyo constante en este ámbito.