Osvaldo Domínguez Dibb, el más laureado dirigente de la historia del fútbol paraguayo; fue despedido por una multitud este fin de semana.

“El Tigre” falleció este viernes a la edad de 83 años, dejando un legado inigualable que lo ubica en lo más alto de la dirigencia deportiva no sólo a nivel nacional, sino mucho más allá de nuestras fronteras.

Su carácter y perseverancia, además del arduo trabajo como Presidente del Club Olimpia durante dos períodos (1976 a 1990 y 1996 a 2004) le valieron conquistar catorce títulos en el fútbol paraguayo y siete a nivel internacional, entre los cuales destacan las Copas Libertadores de 1979, 1990 y 2002; así como la Copa Intercontinental —válida a día de hoy como Mundial de Clubes— en 1979.

ODD fue velado entre el sábado y el domingo en el Salón Blanco del Club Olimpia, por donde desfilaron personalidades como el Presidente de la República Santiago Peña, Juan Román Riquelme (ex jugador y actual Presidente de Boca Juniors), Raúl Vicente Amarilla (ex jugador de Olimpia), entre otros; así como una inmensa cantidad de hinchas y simpatizantes del elenco Franjeado, quienes recordaron al dirigente y sus años de gloria, mostrando el agradecimiento hacia su inconmensurable figura.

En la tarde de este domingo, partió la carabana fúnebre desde el Olimpia hasta la Quinta Los Aleros, propiedad de la familia; donde se realizó la ceremonia final y el entierro del dirigente más importante de la historia del deporte paraguayo, un ídolo que se volvió leyenda y una figura que desde ahora pasó a ser inmortal, gracias a un legado prácticamente imposible de igualar; no solo por el éxito deportivo, sino también por el tamaño y la fuerza de una figura que condenso carácter, carisma, liderazgo y abnegación; para quedar para siempre en el inconsciente colectivo como un grande sin par.