La organización A Todo Pulmón Paraguay Respira presentó la edición 2025 de su tradicional concurso Colosos de la Tierra, con una propuesta renovada que refuerza la identidad nacional a través del cuidado ambiental bajo el lema “Patrimonios del Paraguay”, que busca no solo destacar a los árboles más imponentes del país, sino también resaltar su valor histórico, emocional y simbólico para las comunidades.
La convocatoria, abierta hasta el 13 de agosto, invita a personas, instituciones educativas y organizaciones de todo el país a postular árboles que representen el vínculo entre naturaleza, cultura y pertenencia. Las inscripciones pueden realizarse a través del sitio web oficial de la organización www.atodopulmon.org, donde también están disponibles las bases y condiciones.
La edición 2025 incluye las siguientes categorías:
- Árbol más grande del Paraguay (región Oriental y Occidental),
- Árbol más grande de las Áreas Silvestres Protegidas
- Árbol de mi comunidad
- Árbol de mi escuela
- Mejor fotografía de naturaleza
Cada categoría promueve una conexión distinta con el entorno. Mientras que las mediciones físicas determinan a los colosos mayores, las historias, memorias y afectos comunitarios marcan la diferencia en las categorías escolares y barriales.
“Este año tenemos algo especial para la categoría de árbol de comunidad, queremos declararlo patrimonio cultural”, destacó Vivi Ruiz Díaz, integrante del equipo organizador.
El certamen también pone énfasis en la participación educativa. En la edición anterior, postularon más de 1.500 árboles, muchos de ellos desde escuelas rurales y urbanas. “El año pasado tuvimos una excelente participación de las escuelas y comunidades, por eso queremos darles énfasis a ellos. Para los chicos es importante que desde pequeños puedan empezar a tener este sentido de conciencia ambiental”, remarcó Ruiz Díaz.
El concurso Colosos de la Tierra se consolida como una de las mayores campañas de revalorización del patrimonio natural en Paraguay. Cada edición trae consigo historias que conectan generaciones, narrativas que transforman árboles en testigos del tiempo y elementos que, desde su quietud, siguen con la enseñanza sobre respeto, resiliencia y pertenencia.