El hombre estaba fuera de servicio, pero viajaba en la cabina. De pronto, intentó una acción que comprometió la seguridad de la aeronave. Está acusado del intento de asesinato de 83 personas.
Una insólita y temeraria maniobra de comprometió seriamente la seguridad de un avión en pleno vuelo. El hombre se levantó de su asiento e intentó apagar los motores de una aeronave de Alaska Airlines en pleno vuelo.
El vuelo 2059 había salido de la ciudad de Everett (estado de Washington) con 80 pasajeros e iba con destino a San Francisco (California). La insólita actitud de ese piloto fuera de servicio hizo que el vuelo de Alaska Airlines tuviera que alterar su ruta y realizar un aterrizaje de emergencia en Portland.
Cortar los motores en pleno vuelo
Según informó la empresa, un piloto fuera de servicio viajaba en la cabina junto con los responsables de tripular la nave. De pronto, se paró e “intentó sin éxito interrumpir el funcionamiento de los motores”. Pero la rápida reacción del capitán y el primer oficial de vuelo logró “que la potencia de los motores no se afectara, y el vuelo pudo seguir normalmente”.
De todos modos, por seguridad, se decidió corregir el destino fijado en San Francisco para chequear toda la seguridad del avión en Portland.
Un mensaje clave a la torre de control
Cuando los pilotos lograron evitar este serio incidente, redujeron a su colega y pasaron la novedad a las autoridades en tierra.
El capitán le relató entonces a la torre de control: “Tenemos a un tipo que intentó apagar los motores en la cabina”. Claro que “el tipo” no era cualquiera, sino un piloto fuera de servicio que viajaba como pasajero, pero adentro de la cabina.
Cuando aterrizó, la policía lo estaba esperando para llevarlo detenido. El nombre del atacante es Joseph David Emerson y ahora afrontará un proceso por poner en riesgo de vida a 83 personas en el vuelo de Alaska Airlines.
Esto puede abrir una investigación paralela sobre el comandante de la nave. Desde los atentados a las torres gemelas de Nueva York, en septiembre de 2001, las cabinas tienen un blindaje especial para evitar ser abordadas por secuestradores o terroristas y solo pueden ingresar los responsables de hacer volar la nave y nadie más. Por lo tanto, por más que se tratara de un piloto de la empresa, al no estar en servicio no estaba habilitado para ingresar a la cabina, donde pudo provocar una tragedia.
Texto extraído de A24.com/Por Roberto Adrián Maidana