Racing Club de Montevideo consiguió un triunfazo en Concepción, Chile, donde venció 3-2 a Huachipato, en la ida de los playoffs para llegar a los octavos de final de la Copa Sudamericana. Los albiverdes empezaron perdiendo a los 4 minutos, pero lograron dar vuelta el partido ya en el primer tiempo con un planteo inteligentísimo del cardonense Eduardo Espinel, que jugó con tres en el fondo, un sólido y móvil mediocampo, con gran gestión de Erik de los Santos y Lucas Rodríguez, una enorme hora de juego del mejor Jonathan Urretaviscaya y una pesada y dúctil doble punta con Dylan Nandín y el estreno de Hugo Silveira.

Espinel evidentemente tiene una gran capacidad conductiva y buena llegada con sus futbolistas. Urretaviscaya, en su vuelta a Uruguay, ha pasado por varios clubes y técnicos, y con nadie ha llegado a sus mejores niveles como este año en Racing. La llave se decidirá la semana que viene en Montevideo, y está abierta para los dos, nada está resuelto, pero es notorio que Racing ha logrado un gran paso.

El inicio del primer tiempo se vio condicionado por un tempranero gol de los chilenos. En una acción de pelota quieta y una acumulación de fallas en la marca de los últimos jugadores de Racing llegó a los 4 minutos de juego el gol de Huachipato, de Cris Martínez.

La condición de visitante, el campo que no estaba todo lo bien y, peor aún, la desventaja tan temprana, cambiaron cualquier planteo del partido que Espinel hubiera pensado y puso a los montevideanos en peligro casi permanente por varios minutos. El equipo acerero chileno empezó a cargar peligrosamente y por derecha sobre la última línea racinguista, y propiciaron mucho peligro ante la oncena uruguaya, que literal y metafóricamente no daba pie porque las caídas eran repetidas.

El contralor del partido era de los chilenos y Racing no lograba conectar como para progresar debidamente en campo negriazul. Poco a poco la escuelita empezó a mejorar elevando el juego en mediacancha y arrimando al área rival.

Antes de llegar a la media hora, la oncena uruguaya había logrado revertir las acciones del primer tiempo, sumando ataques y acciones de peligro, como un par de tiros de esquina de Urretaviscaya que pusieron cerca del gol a los suyos. Y así fue como llegó el empate, después de un venenoso remate del Rayo tras una falta a Nandín, y el ingreso para el cabezazo neto de Guillermo Cotugno, que entrando en diagonal y agachándose un poquito conectó fuerte al fondo de las redes del arco chileno.

El gol le dio alas al equipo uruguayo, que ya antes de empatar el partido se estaba adueñando del trámite del juego a través de la excelencia de la participación de sus mediocampistas, con amplio destaque de De los Santos y Rodríguez, y la buena liberación del juego hacia Urreta.

Racing creció muchísimo y por eso no sorprendió que a los 39 diera vuelta el resultado a través de una gran jugada que se inició con un robo del chuiense Rodríguez, el pivoteo de Hugol Silveira, que vio hacia atrás a Urreta, quien de primera y con toda su calidad puso un pase en profundidad para Nandín, que usó su cuerpo a favor, disputó la pelota para que le quedara para la pierna derecha y la cruzó entrando al área.

Al inicio del segundo tiempo Racing sorprendió: repitió la fórmula ejecutiva y anotó el tercer gol. Otra vez fue una combinación entre la pegada exquisita de Urretaviscaya y otro cabezazo de Cotugno. Esta vez el tiro libre tocó del lado derecho y Cotugno entró por el primer palo y colocó un cabezazo inatajable.

Después del 3-1 nuevamente el partido cambió, porque Huachipato modificó su esquema ofensivo y permitió una secuencia de ataques, hasta que finalmente volvió a anotar, esta vez a los 63, cuando los chilenos atacaban hasta con cuatro futbolistas y estaban llegando repetidamente sobre el arco de Odriozola. Fue una jugada con varios rebotes en la que finalmente Martínez llegó antes que la osada salida de Odriozola y puso el 2-3.

Cuando se le empezó a complicar la victoria a Racing por los buenos desarrollos que lograba Huachipato en ofensiva, Espinel decidió hacer tres cambios a la vez; colocó a Tomás Verón Lupi, Agustín Pereira y Thiago Espinosa, quienes trabajaron, al igual que Santiago Mederos y Agustín Alaniz, que entraron después, con ahínco y muchísima entrega para dar soporte a un enorme triunfo.