Gracias al telescopio Webb se captaron señales que para los científicos son una evidencia concreta de la posibilidad de condiciones de vida en otro astro, fuera de nuestro sistema solar.
“Este es un momento revolucionario. Es la primera vez que la humanidad observa posibles evidencias en un planeta habitable“. Los científicos que estudian el espacio están asombrados ante esta posibilidad única. Creen que gracias al telescopio Webb captaron evidencias de vida en un astro distante del sistema solar.
Hasta ahora, más allá de las probabilidades estadísticas, los relatos de extraterrestres no abandonaron la calidad de mitos o creencias. Esta vez, la ciencia dice tener datos concretos que demostrarían que no estamos solos en el Universo. Aunque el planeta no tiene un nombre muy atractivo y está un poco lejos: se llama “K2-18b” y está a 120 años luz de distancia.
¿No estamos solos en el Universo?
Es la eterna pregunta que acompaña a la especie humana. Cada vez que se levanta la mirada a cielo, de noche, es imposible pensar por qué no puede haber vida – como la nuestra o diferente – en algún rincón del Universo.
Aunque esta vez, todo parece ser diferente. Primero, no tienen por qué estar “rondando el vecindario” los seres extraterrestres. El Universo es enorme y está en expansión, por lo que puede haber vida en lugares remotísimos desde la Tierra.
Los científicos presentaron datos del telescopio Webb, el más desarrollado del mundo. En concreto, un equipo de investigadores afirma que es el indicio más sólido hasta la fecha de vida extraterrestre, pero no en nuestro sistema solar, sino en un planeta muy lejano. Orbita en derredor de una estrella a 120 años luz de la Tierra.
Esto significa viajar durante 120 años seguidos a la velocidad de la luz, 300.000 km por segundo. El planeta tiene el nombre de una vitamina (K2-18b) pero su valor radica en que se detectó una molécula que en la Tierra tiene una fuente conocida: organismos vivos como las algas marinas.
Publicado en la revista científica “Astrophysical Journal Letters” con extremada prudencia: “Es una pista. Pero aún no podemos concluir que sea habitable”. Muchos de estos planetas tan distantes son planetas rocosos en otros sistemas solares. Pero con este “indicio”, puede pensarse que el “K2-18b” puede tener o haber desarrollado formas de vida y no ser un planeta inerte. Aunque su enorme lejanía, impide otra aproximación que no sea por medio del telescopio Webb.

El telescopio Webb, halló evidencias de condiciones de vida en un planeta a 120 años luz de distancia de la Tierra. (Foto: Gentileza NASA)
Solo por estas evidencias, el material y composición de los elementos observadas, se puede deducir que existen condiciones para la vida, no sólo en la Tierra. Con la prudencia de los científicos, Stephen Schmidt, científico planetario de la Universidad Johns Hopkins dijo: “No es nada, es una pista. Pero aún no podemos concluir que sea habitable”.